jueves, 27 de junio de 2024

Sepsis

 

Que una tele puede ser una fosa séptica insondable, un atentado constante contra la dignidad y un insulto continuo a la inteligencia, a la vista están, pues la abyección más vil

y la más absoluta indiferencia suelen darse cita en ese medio para abatir la salud mental de la audiencia hasta niveles denigrantes. Aunque siempre dándole ese barniz a base de tópicos progres reinante, buenismo contraproducente al uso y lugares comunes para estar en sintonía con lo que se dicta que se lleve y dar la imagen fresca, lozana y confiable necesaria para seguir vendiendo bazofia. 

Pero cuando más confiados están en esa buena línea de dejarse llevar por el lameculeo, la gresca y el sectarismo de moda, es cuando más pueden mostrar a las claras su idiocia y su maldad. Que es lo que pasó con un informativo de Tele 5 el día que vino Milei, aprovechando para darle un repaso, y otro a la Ayuso, claro. Un asunto tan opinable y tan normalizado en nuestra guerra de zurullos, que no es ni reseñable. Nada. Otra concesión más a la agenda impuesta por Moncloa que practican tantos medios seguidistas amigos del reclinatorio. 

Pero incluyeron algo que les delató en su auténtica delincuencia informativa, como fabricantes de fango de pro y vendedores de basura total, al insertar en la noticia unas imágenes de un señor en plena oratoria con aire vehemente, y decir que tan solo lo recibirían (a Milei) “individuos como ese”. Tal cual. Sin más. 

Solo que el individuo en cuestión no era otro que el profesor Huerta de Soto, eminente economista y uno de los referentes mundiales de la Escuela Austriaca, teórico y maestro de miles de economistas como creador de un foro internacional en esa disciplina, y que al parecer no solo es capaz de promover una de las versiones más críticas (y constructivas) del capitalismo actual, sino también de despertar los más bajos y cobardes instintos (al ningunearle sin mentarle siquiera) de cierta jauría humana, tan ignorante como rastrera, que anida en algunos sectores más “antifanguistas” y más pro “regeneracionistas” de nuestra democracia. Y estamos en sus manos. O en sus culos, a tenor de lo que excretan.

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