sábado, 24 de agosto de 2019

Agostados


España siempre quiso parecerse a Francia, pero siempre acabó pareciéndose a Italia. Solo que ellos tenía la ópera y nosotros la zarzuela. Ellos a Verdi, y nosotros al maestro Chapí
Es lo que hay. Soñábamos con la Sorbona, sin saber que nuestra escuela de verdad estaba en Nápoles. Incluso el rey más tenido como decente, Carlos III, nos aplicó una Ilustración de refrito reciclada en el sur de Italia. Y mientras allí nacía la Comedia del Arte, aquí se engendraba el esperpento, iniciado con los más trágicos disparates goyescos. Y que llega hasta hoy con la tragicomedia del Brazos Abiertos (que por Tragaderas no será), en que esas dos corrientes del despropósito mediterráneo, ya convertido en culturas nacionales, se han dado cita en Lampedusa para ofrecer la penúltima función de su charlotada, en la que ambos payasos, Salvini y Sánchez, el dúo Salvisánchez, no acaban de funcionar como comedia.
 Y no por el propio drama de los emigrantes –migrantes que dicen ahora, pensando queizás en el nuevo nomadismo que viene-, sino porque ambos van de payasos serios, no queriendo nunguno hacer de tonto, cuando lo tendrían tan fácil. Y aun así hacen su agosto, el mes Fructidor, según el calendario revolucionario. 
Agosto es así, especialmente para
-¿Tú estás viendo lo mismo que yo,  príncipe de Lampedusa. o solo la mitad?




ellos. Como una puta mansa, que se deja hacer y nos contagia su laxitud, dejadez, el dejarse llevar, y sea lo que Dios quiera, y del que viven todos esos proxenetas compulsivos que son los gobernantes, que en la calma chicha es donde hacen de las suyas. 
Y a ritmo de calorina, siesta y chiringuito, los países quedan sin gobierno, o peor, son espurios, criminales, irresponsables; los votantes sin parlamento -¿dónde está ese que tanto nos costó?-, con las instituciones desvirtuadas por el chalaneo y la sinvergüencería. O la economía, que desaparece entre el espejismo canicular y su euforia soporífera. 
Es la felicidad a la que acuden aún los africanos. Y es agosto, el de las cigarras que a golpe de trilla tantos males causa a tanta hormiga. Mientras los caporales siguen la vieja máxima manchega: “que dice padre que almorcemos y entréis la paja”. Y la entramos. Agosto.

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