Polarizados

 Hay sociatas que se las han pelado para, con lo de Bildu, salir de la niebla del pasado, como Guerra, o del ostracismo del erial como Page, a dárselas de auténticos portavoces de esa digna unidad de destino en lo universal que es el Psoe, siempre ajena, por lo visto, a intereses electorales, o al poder personal –por eso los díscolos han escondido el rabo ante las amenazas de Sánchez en la ejecutiva de recortarles el pienso–, luego insisto: es el típico teatrillo del poli bueno y el malo para mantener votos (y satrapías) aquí y acullá. E igual Bildu y Podemos, que quieren jugar, el uno en Madrid y el otro en Euskadi, y cambian los cromos de sus depositantes, a ver qué pasa. 

Y los otros, no digamos. De nuevo el clavo ardiendo de las víctimas y los sucesores de ETA –con eso y la escuela concertada ya lo tienen todo hecho– para fidelizar clientes, mientras por todo el país pasan por lo que sea con tal de apalancarse en sus cargos de por vida. 

El bazar de Estambul es un tenderete al lado del colmao que nos tienen montado aquí. Y nadie habla de que mucha de esta infamia se solucionaría solo con reformar la ley electoral, que lógicamente no les interesa. Y sí, y mucho del perdón que aún están por pedir los causantes del mal, que es donde más se demuestra su fariseísmo, pues el perdón no es tanto pedirlo como darlo, ya que libera más al que lo da que al que lo recibe. Y eso, al margen de que se acepte o no por el otro, y del mismo castigo. 

Así, se puede perdonar a los culpables de lo de Hipercor y tenerlos de por vida en una pensión tipo Papillon, y no pasa nada. El perdón permite eso y más. Lo que no vale es utilizar su no petición para justificar la propia indisposición a perdonar. Las cosas claras. A no ser que se juegue a lo que todos, a polarizar, que es lo del día. Y tanto, que ya hay una España que se acuesta a las 10 (en la cama estés) y otra que con tal de trasnochar dice que es por prescripción facultativa. Trasnochados o acapullados. 

Así andamos, revueltos como en río de aguas turbulentas. Y los Simon y Garfunkel estos, a pescar. ¿Polarizados? Lo que estamos es hasta los mismísimos. Con perdón.