jueves, 30 de mayo de 2024

Váyanse


El Día de Castilla-La Mancha es la fiesta del vacío. Nuestra ilustre universidad debería crear un máster mundial para que los interesados en la gentrificación se acercasen a este páramo interior a observar que el vacío también es posible. 

Y además puede resultar casi absoluto si a tal fecha se suma la del Corpus, dando lugar a una conjunción planetaria bajo cuyo influjo el personal, bastante enrarecido ya (y mosqueado, en esta escuela de calor), es que se esfuma, se las pira… para habitar un poco más esos lugares sobresaturados a los que no paran de arrearnos para reventarlos de una vez, desde los medios que luego se pasan todo el santo día metiéndose con el turisteo que no deja un habitáculo libre, ni la casuta de un perro, para los camareros que habrán de servir a la plaga ni a los ATS que habrán de atenderla en plena sofoquina. 

Viajen, viajen…, pero no se queden a dormir, no meen, no se duchen, no emitan gases (de invernadero o de los otros), no echen gasolina, salgan a millones pero no hagan ruido, gasten, pero que sea sostenible (o sea mientras se sostengan); muéranse pero con conocimiento, no vayan a ocupar demasiado terreno o hacer mucho humo con la incineración, que estamos ya en alerta roja. Y es que esa es otra. 

Antes, el Corpus era algo así como la consagración de la primavera. No la de Stravinsky, pero, bueno, aún daba la cosa para toquillas. Recuérdese que la instauración del día como festivo regional (que es como si se pone también el 8 de septiembre, que sería más lógico) se hizo para que la Cospe estrenara la suya -el cigarral ya lo había estrenado-. Y ahí seguimos, esperando que Page estrene la propia (y un buen cigarral). 

Pero es que a este paso el Corpus se va a celebrar en bermudas. Y no es cosa. Y es que la primavera, pues como que ha desaparecido. Nada, que se la han cargado. Habrá sido la extrema derecha, como si lo viera. O es como si fuese un fake. Algo perteneciente a la postverdad, que se carga hasta las estaciones. De hecho, cuando pongo a Vivaldi, me la salto. Total, para qué, si sé que no va en serio. Eso si, el yintoni no se perdona. Por el día de CLM, mayormente.   

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