miércoles, 25 de abril de 2018

Cinematontunas: Robert Stack y tiro porque me toca



Robert Stack ya era un triunfador antes de dedicarse al cine. Con 19 años batió un record mundial de tiro con pistola, y ya puestos a seguir tirando, probó con Hollywood. Y con tal éxito que solo tres años después, con 22, ya estaba en la lista negra particular de Hitler por una peliculita de Borzage (Tormenta mortal), una de las primeras antinazis, en la que hacía del perverso Otto von Rohn. Un éxito con el enemigo (que es el principal) que pasaría a culminar con el clásico de Lubitsch, Ser o no ser, antes de irse a la guerra a pegar tiros reales, que siguiendo la típica lógica militar, le tocó dar con cañones navales. Ya se sabe, tú eres pistolero, pues hazlo a lo grande. 
Sin embargo, con el arma que sería más conocido sería con la Thompson, la famosa metralleta de tambor de los años 20 y 30, la quitapenas de los mafiosos, como Elliot Ness, jefe de los Intocables, una cuadrilla policial llamada así, no porque no había quien les mojara la oreja o los pudiera mosquear, sino por las archifamosas malas traducciones de los títulos al español, pues en realidad en inglés quiere decir ‘incorruptibles’, algo que en buena lógica hispana, en realidad es imposible, resultando la traslación pues casi más correcta así. 
Robert Stack (izquierda) y Stewart (derecha)
en un plano de Tormenta mortal.
De hecho, y como prueba, en Méjico la serie fue editada durante años por orden de la misma secretaría de gobierno, para evitar ideas criminales. Eso fue a finales de los 50, lo cual explicaría una vez más, a juzgar con los resultados de la lección tomada allá, cómo de torcidos resultan los propósitos de los gobernantes, al menos con la corrupción. Pero la serie fue un exitazo. Y de nuevo él como atrayente de las iras del público, en este caso italoamericano. 
Bueno, él y su oponente, el actor Neville Brand (por cierto que uno de los actores de Hollywood más condecorados en la contienda mundial), que hacía de Capone y que ya era suficientemente odiado por haber matado a Elvis Presley en Love me tender. Un caso. Los macarroni los pusieron más o menos como Hitler, en el listín, por dar una imagen de esa minoría como de armas tomar. 
La familia de Capone incluso demandó a la productora por 1M de dólares por el uso sin autorización del personaje del capo para baneficiárselo económicamente. Sin éxito, claro. No sabían a quienes se enfrentaban. Sin embargo, y a pesar de la fama, como intocable si acaso quizá lo fue solo en el plano sexual, pues se pasó toda su vida casado con la misma. En cuanto a tiros y pistola, no se sabe.

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