viernes, 3 de agosto de 2018

Liderando


Si algo tiene la modernidad es que te aumenta la capacidad de liderazgo una cosa mala.
Porque si liderar viene del inglés ‘ir delante’ lo que sea, en español se adoptó solo la acepción política de ese término, trasladándose luego con ese mismo sentido a todo y a todos, con lo cual cualquier cosa ha acabado siendo un líder nato, y las personas ni te digo. 
Así, cualquier cabeza de familia lidera de hecho las vacaciones, una expedición al híper, una comunión o una fritanga de carne en los pinares, tanto si lleva banderitas y pachanga, y arengue o no a la tropa para fortalecer su espíritu, a arrasar la playa, las existencias del centro o abarrer hasta el último porzuño de pitanza del caldero. Eso es lo de menos; pero lidera. 
Cualquier cosa, por el hecho de ir primero, lidera hoy en día: Cáceres lidera la ola de calor (se supone que arreando, animando a los grados, sean celsius o fahrenheit), como Jaén el aceite (a base de mítines y pegando carteles, será). Pero es que el cerdo lidera las carnes, todas ahí, en cabalgata y con charanga, chunda chunda, siempre siguiendo al cerdo de turno. Y nuestras playas lideran las banderas azules europeas –y las pateras los desembarcos–. Menudo lobby. ¿Cómo se lo habrán montado? Porque no es que figuren entre las primeras; es que las lideran, qué cojones. 
Tan aceptada está la cosa que se llega al absurdo de que un equipo lidera la liga, y los demás detrás, o sea, no para quitarlo de cabeza, sino por lealtad, por carismático. De igual modo los taxistas lideran los paros –anda, analízame eso–, los festivales de rock lideran los espectáculos de ocio, el ibuprofeno los analgésicos y el cáncer las causas de muerte, qué fíjate cómo será su liderato que las demás le siguen pegadas y sin rechistar. 
Ah, el liderazgo resulta tan inconmovible. Además de espectacular, impresionante e increíble, los tres adjetivos que hoy lo definen todo. Ah, sí, y genial, claro. Qué genial es liderar, aunque sea puntualmente, como se dice, que no es eventual o adventicio (más bien abyecticio), sino hecho sin retraso, como los VTC. Al fin pues, todos líderes –bueno, menos Soraya, y Casado ya veremos–. Puta madre.

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