viernes, 31 de mayo de 2019

Juego de truños


En el día de hoy, de la Visitación de la Virgen, de CLMancha (ay, la Virgen) y día mundial sin tabaco (aunque en todos los oficios se fume, que dijo el otro) las líneas rojas han sido suprimidas y la compañía dramática nacional estrena al fin el sainete “Pactando, que es gerundio”,
cuyas entradas están ya a la venta –los interesados acudirán con invitación– en las taquillas de los abrevaderos de información y propaganda habituales. 
Los vetos han caído y todos, convencidos (o compañeros de derrotas) de su papel de unidad de destino en lo particular en la historia, declaran arrebatados casi a grito pelado con arrebato un repentino “¡me duele España!” (que a otros nos huele, más bien, pues el cante a dodotis es monumental), y se disponen, por el bien general, a renunciar a hacer un Valle-Inclán, cuya animadversión hacia su colega Echegaray era tal que, cuando éste fue a donarle su sangre, la rechazó porque estaba “llena de gerundios”. 
De  este modo admiten, en un lance inaudito de buena voluntad, deseo de paz y vamos a llevarnos bien (o no trincamos), a sus contrarios, hasta aquí arteros enemigos, como compañeros de ese viaje glorioso y definitivo una vez más a la Ítaca feliz reservada como conjunto inenarrable que somos de altos intereses (aunque para intereses conjuntados, los suyos). Y lo que fue ultraderecha es ahora derecha populista, la nueva derecha es liberal, la socialdemocracia centroizquierda bonancible, la extrema izquierda, alternativa y los secesionistas legítimos inconstitucionales. 
Que nada empañe el pacto (de los lobos) por ese futuro del que usted puede pedir ya un adelanto a cargo de la cuenta de beneficios. Así que, no amontonarse, hay tronos para todos. Y más aún truños. No importa si usted votó, por interés, por ideología, o por joder. Usted obtendrá, bien como artículo de broma o como mojón auténtico, un truño de último diseño democrático como recordatorio de su visita al templo de la luz. Y ellos, un trono donde practicar la risoterapia con el espectáculo cuatrienal. Así es la vida. Unas veces se gana, y otras, tampoco.

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